Un email que me llegó hace tiempo y que ahora lo comparto con mis compatriotas, ya que a pesar de los muchos años que pasan y el nuevo milenio que llegó hace 13 años, la peor lacra de la sociedad peruana sigue enquistada entre nosotros: la famosísima VIVEZA CRIOLLA.
Si quieres lee y reflexiona, pero estoy seguro que, siendo generoso, el 10% de mis pocos lectores peruanos quizás tenga la cabeza para hacerlo... Ahí les va:
La creencia general anterior era que Fujimori no servía. Actualmente se dice que Humala no sirve.
Y, el que venga después de Humala tampoco servirá para nada. Por eso estoy empezando a sospechar que el problema no está en lo ladrón que haya sido Alan García, o en lo hablador que fué Toledo. El problema está en nosotros. Nosotros como pueblo. Nosotros como materia prima de un país.
Porque pertenezco a un país donde la "viveza criolla" es la moneda que siempre es valorada tanto o más que el dólar.
Un país donde hacerse rico de la noche a la mañana es una virtud más apreciada que formar una familia a largo plazo basada en valores y respeto a los demás.
Pertenezco a un país donde, lamentablemente, los periódicos jamás se podrán vender como se venden en otros países, es decir, poniendo unas cajitas en las aceras donde uno paga por un solo periódico Y SACA UN SOLO PERIÓDICO DEJANDO LOS DEMÁS DONDE ESTÁN.
Pertenezco al país donde las empresas privadas son papelerías particulares de sus empleados deshonestos, que se llevan para su casa, como si tal cosa, hojas de papel, lapiceros, bolígrafos, lápices, marcadores y todo lo que pueda hacer falta para la tarea de sus hijos.
Pertenezco a un país donde la gente se siente triunfal si consigue volarse el Cablevisión del vecino, donde la gente inventa a la hora de llenar sus declaraciones para no pagar o pagar menos impuestos.
Pertenezco a un país donde la impuntualidad es un hábito.
En donde los directivos de las empresas no generan capital humano.
Donde no hay interés por la ecología, donde las personas tiran basura en las calles y luego se reclama al gobierno por no dar mantenimiento al alcantarillado.
Donde no existe la cultura por la lectura y no hay conciencia ni memoria política, histórica ni económica.
Donde nuestros congresistas trabajan dos días al año (y cobran todos los demás como altos ejecutivos) para aprobar una reforma (miscelánea) fiscal al vapor que lo único que hace es hundir al que no tiene, fregar al que tiene poco y beneficiar sólo a unos cuantos.
Pertenezco a un país donde las licencias de conducir y los certificados médicos se pueden "comprar", sin hacer ningún examen.
Un país donde puede subir una persona de edad avanzada, o una mujer con el niño en brazos o algún minusválido y la persona que viene sentada en el asiento especial para estas personas se hace la dormida para no dárselo y si alguien le reclama se levantará pero para dar un golpe o decir una mala palabra.
Un país en el cual la prioridad de paso es para el automovilista y no para el peatón.
Un país donde su gente esta llena de faltas, pero que disfruta criticando a sus gobernantes.
Mientras más le digo rata a Alan, mejor soy yo como persona, a pesar de que apenas ayer me consiguieron todas las preguntas del examen de matemáticas de mañana.
Mientras más le digo charlatán a Toledo, mejor soy yo como peruano, a pesar de que apenas esta mañana me fregué a mi cliente a través de un fraude que me ayudó a pagar algunas deudas. ¡No! ¡No! ¡No!... ¡¡Ya basta!!
Como materia prima de un país, tenemos muchas cosas buenas pero nos falta mucho para ser los hombres y mujeres que nuestro país necesita. Esos defectos, esa "viveza criolla" congénita, esa deshonestidad a pequeña escala que después crece y evoluciona hasta convertirse en casos de escándalo, esa falta de calidad humana, más que Humala, Alan, Fujimori o que Toledo, es lo que nos tiene real y francamente mal.
Lo siento. Porque, aunque Humala renunciara hoy mismo, el próximo presidente que lo suceda tendrá que seguir trabajando con la misma materia prima defectuosa que, como pueblo, somos nosotros mismos. Y no podrá hacer nada, No tengo ninguna garantía de que alguien lo pueda hacer mejor, pero mientras nadie señale un camino destinado a erradicar primero los vicios que tenemos como pueblo, nadie servirá. No sirvió Belaúnde, ni sirvió Alan; no sirvió Fujimori y no sirve Humala, ni servirá el que venga. ¿O qué?, ¿Necesitamos traer a un dictador, para que nos haga cumplir la ley con la fuerza y por medio del terror?Aquí hace falta otra cosa.
Algo más que cacerolazos o cohetones. Y mientras esa "otra cosa" no empiece a surgir desde abajo hacia arriba, o desde arriba hacia abajo, o del centro para los lados, o como quieran, seguiremos igualmente condenados, igualmente estancados... ¡igualmente fregados! Es muy sabroso ser peruano. Pero cuando esa peruanidad autóctona empieza a hacerle daño a nuestras posibilidades de desarrollo como Nación, ahí la cosa cambia...
No esperemos encenderles una velita a todos los Santos, a ver si nos manda un Mesías. Nosotros tenemos que cambiar, un nuevo presidente con los mismos peruanos no podrá hacer nada.
Está muy claro... que no?... Somos nosotros los que tenemos que cambiar.
Oye, creo que esto encaja muy bien en todo lo que nos pasa: Disculpamos la mediocridad mediante programas de televisión nefastos y francamente tolerantes con el fracaso. Es la industria de la disculpa y la estupidez.
Ahora, después de este mensaje, francamente he decidido buscar al responsable, no para castigarlo, sino para exigirle (sí, exigirle) que mejore su comportamiento y que no se haga el que no oye, el que no entiende.
Sí, he decidido buscar al responsable: ESTOY SEGURO QUE LO ENCONTRARÉ CUANDO ME VEA EN EL ESPEJO. Ahí está. NO NECESITO BUSCARLO EN OTRO LADO. Y tú. ¿Qué piensas?... ¡REFLEXIONA!
Saludos gente !
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